La posibilidad de combinar productos de una forma diferente

La creatividad tan escurridiza y a la vez tan necesaria para poder desarrollar propuestas de valor, dicho esto comenzaremos con una breve descripción de cómo definiríamos la creatividad y cómo poder desarrollarla en la cocina.

Antes de nada deciros que todo lo que a continuación vais a leer es fruto de mi experiencia personal y no por ello cierto.

Podríamos definirla como la capacidad de ver la posibilidad de combinar productos de una forma diferente, pero también la capacidad de ver platos o elaboraciones de una manera diferente y ser capaz de unirlos dando como resultado un plato distinto pero con el mismo sabor.  En resumen, es pensar algo diferente y generar algo nuevo viendo las mismas cosas que ven los demás.

La creatividad es importante pero hay que unirla a la innovación (innovar, no es crear, no es pensar diferente, es HACER además de crear y pensar diferente), la dividiremos en dos tipos;

Creatividad Disruptiva: cubrir una necesidad con un producto nuevo.

Incremental: Mejorar un producto ya existente.

Resumiendo el concepto podríamos decir que se trata de la capacidad de realizar asociaciones de conceptos diferentes a las preestablecidas por los paradigmas actuales, dando como resultado nuevos usos y aplicaciones de los productos.

A la hora de desplegar la creatividad es importante tener en cuenta que necesitamos desplegar el pensamiento objetivo y dejar de lado el pensamiento subjetivo, ya que este último está condicionado por nuestra experiencia y nos condiciona a la hora de ver nuestro entorno. El pensamiento subjetivo solo se vuelve objetivo cuando el pensante usa el objeto observado sin relacionarse con él.

Siendo esta una visión particular y no por ello correcta vamos a intentar desglosar en diferentes puntos y como podemos desarrollar la creatividad gastronómica.

¿Qué necesito para desplegar la creatividad gastronómica? Y  más importante, poder transformarla en innovación.

  1. Conocimiento del producto=ampliación del abanico de posibilidades.
    El conocimiento del producto, nos dará la posibilidad de poder sacarle el mayor rendimiento posible y aprovechar todas sus virtudes.
  2. Descontextualización de conceptos (sacar de contexto).
    Aprendemos por herencia, y perfeccionamos a través de la repetición y la práctica, siempre nos cuestionamos la repetición y la práctica (como puedo hacerlo más rápido y de manera más efectiva) y nunca nos cuestionamos la herencia (esto es así porque me lo han enseñado así y  me lo han dicho, ya sea mi profesor, mi madre o mi abuela).

Es necesario ser capaces de abstraernos (abstracción: Del latín; Abstracto, aislamiento. Consideración aislada de las cualidades esenciales de un objeto, o del mismo objeto en su pura esencia o noción) de la realidad del producto para poder mirarlo con unos nuevos ojos “CON LOS OJOS DE LA CURIOSIDAD” y poder desde esa curiosidad empezar a construir nuevos conceptos. Con estos parámetros y “los ojos de la curiosidad” miraremos tanto los productos como las elaboraciones y os mostraré las distintas posibilidades y usos.

Definiremos la tradición como “temporal y generacional” y desarrollaremos esta afirmación en relación a su contexto. Las recetas son hijas de su tiempo y sus circunstancias.

Y recuerda que tienes más información en el dossier sobre creatividad que encontrarás en la página web.

Espero que tras leer estas líneas estés dispuesto a desplegar toda tu creatividad gastronómica y disfrutar de una nueva visión de tu entorno, pero sobre todo ten en cuenta que todo está en tus manos y en cómo seas capaz de afrontar los retos.

Si quieres ver como poder desarrollar la creatividad, aquí tienes el dossier

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