DAVID ARIZA: AMIGO Y COCINERO DEL ALMA Y DEL CUERPO.

Ya hemos compartido en múltiples ocasiones que la salud depende en un 80% de la alimentación. Si quieres ser dueño de tu salud, lo primero que tienes que hacer es empezar a cocinar y que en segundo lugar, con un poco de ayuda y siendo curioso, te tendrás que poner a cocinar sano, sabroso y divertido.

De todo esto ya hemos hablado y mucho, pero hoy también os quiero contar un par de cosas más.  
La primera es que mi buen amigo el Doctor Juan Carlos Alonso estrena pagina web un espacio donde compartirá todos sus conocimientos sobre medicina integrativa y aquí os dejo su primer artículo.
Hoy os quiero hablar sobre los fermentados, tanto en bebidas como en comida, os daré la visión gastronómica y sus posibles usos y Juan Carlos nos aportará todos esos conocimientos científicos que aporten luz sobre esta increíble herramienta para hacer de nuestra primera línea de defensa, un muro casi infranqueable.


En primer lugar os quería hablar del Kéfir, tanto el de agua como el de leche, son espectaculares para potenciar nuestro sistema inmune y para los que no toméis leche, tranquilos podéis sustituir la leche por bebidas vegetales o por pastas de legumbres y frutos secos. Recetas hay mil, simplemente deciros que es un gran aliado.
Si pasamos a cosas más clásicas, os invito a disfrutar de nuestros fermentados más tradicionales como las verduras en salmuera (no tenemos que confundirlas con las verduras en vinagre, en estas últimas no hay fermentación y por consiguiente no hay probióticos ni prebióticos, lo que hay es vinagre añadido), tomates verdes, pimientos, cebollas, pepinillos, alcaparras y tápenos. Todos ellos son grandes aliados de nuestro sistema inmune. Estos son sólo dos ejemplos y hay muchos más, pero os invito a incluir este tipo de elaboraciones en vuestra alimentación diaria y si os animáis a hacer estas elaboraciones vosotros mismos, me tenéis aquí para cualquier consulta. Ahora os dejo con Juan Carlos que os explicara todas las virtudes de estos alimentos.

JUAN CARLOS ALONSO: AMIGO Y MÉDICO DEL ALMA Y DEL CUERPO.

Como bien cuenta mi amigo David Ariza, hemos compartido nuestra pasión por la alimentación como herramienta terapéutica y como fuente de placer por supuesto. Si bien es cierto que el cambio de hábitos nutricionales dañinos a otros más saludables, va a tener una honda repercusión en nuestro estado de salud. También es cierto que en algunos casos es necesaria una intervención médica con el aporte de nutrientes a altas dosis, suplementos específicos o incluso alguna medicación más convencional que ayude a solucionar problemas más graves de salud o a actuar con más rapidez, si fuera necesario.

En primer lugar, cuando se requiere un cambio en los hábitos nutricionales yo me apoyo y confío plenamente en mi amigo y cocinero David Ariza. Es un profesional de la cocina que conoce los alimentos por sus cualidades organolépticas (olor, sabor y vista del alimento) y le añade un conocimiento profundo y autodidacta sobre sus propiedades terapéuticas. En él se aúna la sabiduría de la cocina más ancestral y tradicional con los avances más recientes en las técnicas culinarias que son capaces de mantener y extraer las cualidades de cualquier alimento, para que el sujeto experimente a partes iguales el placer culinario de un buen plato y obtenga los nutrientes necesarios para que su organismo inicie el camino necesario para recuperar la salud.

En segundo lugar, cuando se requiere una intervención más profunda que afiance la respuesta curativa del organismo, es dónde el profesional de la medicina debe actuar. Porque debemos asegurarnos que el intestino está en disposición de absorber todos los nutrientes que recibís a través de los alimentos. Si yo me alimento divinamente, pero mi intestino está gravemente alterado y no es capaz de absorber lo que entra y mandarlo a cada una de nuestras células, no estoy mejorando en absoluto.

Por ello, es prioritario que recuperemos la funcionalidad del intestino, que es la puerta que permite que pase lo bueno y la barrera que protege para impedir la entrada a potenciales enemigos. Para conseguir un intestino sano necesitamos añadir una serie de agentes terapéuticos que aseguren la regeneración del intestino como son la glutamina a dosis altas, selenio, zinc, butirato (ácidos grasos de cadena corta) y otros nutrientes básicos que van a acelerar ese proceso curativo.

Además deberemos apoyar a nuestra microbiota (la flora intestinal de toda la vida) aportando probióticos en la cantidad y calidad adecuadas en función de cada paciente para que protejan y actúen coordinadamente con la barrera intestinal (leer la lección del mes sobre estos bichitos).

Y por último, debemos equilibrar y modular la respuesta del sistema inmune (no olvidemos que el 80% de nuestro sistema inmune está detrás de la barrera intestinal) que esta activado por la entrada de potenciales enemigos e inflamando nuestro organismo.

Este trinomio, Microbiota, Barrera Intestinal y Sistema Inmune, requiere un ajuste individualizado para recuperar, regenerar y restaurar el estado de salud más óptimo para cada uno de nosotros. Y aquí es donde pongo a vuestra disposición mis conocimientos como médico de profesión y cuidador de vocación. 

Mil gracias Juan Carlos por estar siempre dispuesto a colaborar.

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