Hoy quiero poner en pausa mis posts para compartir un post de……

Mercè Roura que forma parte del equipo de Los secretos de la comunicación

Disfrutar de esta increíble comunicadora y de su magia.

¿Cómo es un buen formador?

¿Qué le distingue de un formador a secas?

¿Qué hace que marque la diferencia y todo el mundo quiera formarse con él o con ella? ¿Qué le lleva a grabar un vídeo y conseguir que sea viral?

¿Qué le motiva? ¿Cuál es su propósito?

Siempre he pensado que un buen formador es una persona con mucho que aportar y con la mente abierta.

Con ganas y mucha paciencia.

Con muchos aciertos y muchos errores a sus espaldas.

Alguien, que a pesar de las dificultades, recuerde en todo momento para qué está en un aula, sea virtual o presencial, y sepa qué le mueve, qué le entusiasma y nunca olvide a quién se dirige.

Un buen formador es un líder y el líder siempre sabe que los protagonistas son los demás.

El formador tiene que ser libre. Libre de complejos, libre de creencias que le limitan, libre de prejuicios, con la mente abierta para ver cada día a sus alumnos como si fuera la primera vez. Para dejar que le sorprendan, para abrirse a ver en ellos algo nuevo en cada clase que comparten. Cada pequeño avance, cada pequeño cambio, cada pequeño detalle para poder reconocerlos sin mirar al pasado.

El buen formador deja la mochila de juicios antes de entrar en clase.

Todos vemos el mundo a través de las gafas que llevamos puestas. Nos las pusimos siendo niños y muchas veces no sabemos que están ahí, que nos llevan a interpretar la vida y las relaciones a través de sus cristales… Si nos damos cuenta de eso, hemos dado un paso de gigante.

Cuando decidimos dedicarnos a compartir nuestra experiencia como formadores, nuestro equipaje de sabiduría, nuestros aciertos y logros, nuestros fracasos que pueden ser útiles también para otros, nuestro aprendizaje, tenemos que tener muy presente también el equipaje de creencias que llevamos con nosotros.

No es que el formador no tenga dudas, es que se ha dado cuenta de que las tiene y eso le permite no mirar a sus alumnos a través de ellas. Para pasar de ser una marioneta en manos de tus creencias a poder usarlas para evolucionar, solo hay que hacerlas conscientes, saber que están ahí. Eso es lo que hace un gran maestro, conocerse y reconocerse para poder reconocer a otros.

El formador tiene que ser libre de etiquetas para dejar de etiquetar a sus alumnos. Tiene que despojarse de la máscara que lleva puesta para poder ver a sus alumnos con unos ojos nuevos. Y permitirse disfrutar, eso lo cambia todo… Amar cada minuto compartido con sus alumnos. Cuando alguien disfruta, se nota y hace que las personas conecten y encuentren un espacio de comunicación que hace magia…

Para conseguir todo eso el formador tiene que hacer un trabajo interno de autoconocimiento que le lleve a conocer cada pequeño detalle de sus luces y sus sombras… Tiene que trabajar con su miedo, con su ridículo, con su vergüenza, con su tristeza, con su rabia… Usar sus emociones para comprenderse, aceptarse, superarse y empatizar con los demás. El dolor no está ahí para frenarnos, está ahí para recordarnos que somos humanos y podemos superarlo y así ver el dolor de los demás.

Eso no solo le llevará a compartir conocimiento desde la humildad y el respeto, sino que le permitirá aportar sin prejuicios y conectar con las personas… Además de algo muy valioso, algo que solo consiguen los buenos maestros, aprender de sus alumnos cada día.

Y no es que el formador lo tenga todo aprendido de él mismo o ella misma, para nada… Sigue teniendo miedos, sigue dando portazos y enfadándose, sigue fallando a veces, pero cuando eso pasa, es consciente. Sabe de dónde viene su conflicto porque se ha dado cuenta de que el mundo que ve está matizado por su mundo interior y que lo contempla a través de unas gafas. Que cuando ve a otros, se ve a él mismo en cierta forma… Y en lugar de salir corriendo, se pone manos a la obra para darle la vuelta y hacer que eso le lleve a ser mejor.

Eso es lo que marca la diferencia entre un excelente formador y alguien que intenta transmitir conocimiento aprendido, pero no sabe para qué, aunque lo hace tan bien como puede y le pone ganas.

Eso hace que un vídeo de formación sea viral y lo sea siempre, no dos días como una moda, sino como un ejemplo a seguir. Eso hace que algunos profesores tengan listas de espera para sus clases porque todo el mundo se siente transformado cuando esa persona les da clase.

Para ayudar a otros a transformarse, tienes que transformarte tú primero.

Se trata de un camino largo, pero apasionante que se empieza tomando una decisión y haciendo algo tan simple y a la vez tan complicado como respirar… Respirar bien, respirar a consciencia y a fondo, sabiendo dónde estás, quién eres y cuál es tu propósito. Si todavía no lo sabes, no pasa nada, por ello estamos aquí, para abrir ese camino y poner en marcha un mecanismo imparable.

Eso es lo que te convierte en un referente y en algo más importante, un aprendiz y un maestro al mismo tiempo.

Puede que otros cuando vean el resultado de tu cambio y te digan que has tenido éxito, pero tu sabrás que en realidad lo que sucede es que te has quitado las gafas, has compartido lo que eres desde la humildad y te lo has pasado en grande.

Y el éxito de verdad son las caras de tus alumnos en clase y los comentarios en redes sobre cuánto les ha ayudado a cambiar tu trabajo.

YA LO SÉ, YA…

Tienes dudas de que se necesita para ser un gran formador y por eso estás aquí.

En 7 años dando formaciones y cursos de cocina, es lo que más le preocupa siempre a mis compañeros profesores y a las personas que se quieren dedicar a la comunicación.

Por eso he creado este curso junto a Mercè Roura y Andrés Ariza donde encontrarás todo lo que necesitas saber para poder comunicar y entusiasmar a tus alumnos ¡harás que disfruten oyéndote y aprendiendo!

Pero NO SÓLO ESO. También vas a encontrar un montón de herramientas y hacks útiles para mejorar tu autoconocimiento y tu autoestima. ¿Te unes a nosotros en el camino para crear una comunicación que impacte en el aula y en tu vida? 

¿Eres curioso? aquí podrás descubrirlo

YA LO SÉ, YA…

Tienes dudas de que se necesita para ser un gran formador y por eso estás aquí.

En 7 años dando formaciones y cursos de cocina, es lo que más le preocupa siempre a mis compañeros profesores y a las personas que se quieren dedicar a la comunicación.

Por eso he creado este curso junto a Mercè Roura y Andrés Ariza donde encontrarás todo lo que necesitas saber para poder comunicar y entusiasmar a tus alumnos ¡harás que disfruten oyéndote y aprendiendo!

Pero NO SÓLO ESO. También vas a encontrar un montón de herramientas y hacks útiles para mejorar tu autoconocimiento y tu autoestima. ¿Te unes a nosotros en el camino para crear una comunicación que impacte en el aula y en tu vida? 

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