Esta es la visión de la realidad en la que se desenvuelve Freeland Cook a la hora de impartir formación, y de generar un valor único y diferente para cada formación, intentando que los alumnos sean los protagonistas, como siempre es una opinión basada en vivencias y siempre debe de ser cuestionada por la experiencia personal de cada uno.
Primero diferenciemos entre los diferentes cursos de formación que se pueden impartir y su fin.
Clase magistral (master class)
Clase impartida por un maestro en la cual lo importante es el lucimiento de dicho maestro, quedando en segundo plano el alumno, esta es la definición a la que he llegado tras muchos años tanto recibiendo como impartiendo clases. La definición oficial es: Una clase magistral es una clase llevada a cabo en un aula universitaria por un profesor acreditado. En las universidades antiguas solía consistir simplemente en una lectura comentada. Actualmente, la lección o enseñanza puede incluir asimismo medios audiovisuales.
Curso de formación continua.
El formador pasa a un segundo plano y la importancia recae en los conocimientos con los que el alumno se va después de recibir la formación, estos conocimientos tienen que trasladarse al día a día del alumno siendo este capaz de implementarlos en su trabajo diario y por consiguiente que aporten un valor real en el sector al que se dedique (como en el caso anterior esta es una definición personal de lo que debería ser la formación continua dirigida a profesionales del sector gastronómico)
Entremos en materia.
Hoy en día, creo que se han confundido o entremezclado los conceptos y no sé si es bueno para el sector gastronómico y para la formación.
Los dos tipos de formación son necesarios y complementarios pero no deben de confundirse ni mezclarse.
La propuesta formativa actual por ser la más extendida y la más aceptada no estoy seguro de que sea la adecuada. Teniendo en cuenta que el nivel de la formación lo marca siempre el nivel de los alumnos que la reciben, y dicho esto me pregunto.
¿Estamos haciendo un buen trabajo?
Tenemos mucho que mejorar y tenemos mucho que aprender.
Es sólo una opinión y es personal, pero creo que debemos de hacer mucho autoanálisis y mucha autocrítica para poder seguir avanzando.
En estos tiempos de grados gastronómicos y formación por doquier, deberíamos replantearnos dónde incidir y mejorar la formación, más que en ampliar hasta el infinito la propuesta de cursos formativos de todos los colores y todas las formas, seamos conscientes de que esos fondos que se invierten en los cursos, los pagamos entre todos y deben de estar adecuadamente gestionados y con un retorno real en el sector.
Tenemos la oportunidad de crear una formación de calidad y generar una verdadera propuesta de valor que se centre en la capacitación del alumno. Con esta capacitación el incremento del nivel gastronómico de nuestra propuesta crecerá por sí solo, y la pregunta es ¿estamos dispuestos a apostar por una formación de calidad en la que el alumno sea el protagonista?
Mucho trabajo por hacer y mucho camino por recorrer, soy optimista y pienso que entre todos podremos generar una propuesta de valor que satisfaga las necesidades actuales del sector.
Si quieres saber más nos vemos aquí.
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