Han pasado ya algunos años desde que comencé a trabajar allá por el año 1992 y no ha sido hasta hace algunos meses que no me han surgido algunas dudas con respecto a la contratación del personal sobre todo de cocina.
En todos los años en los que trabaje como cocinero contratado en restaurantes me he dado cuenta que a la hora de contratarme no me hicieron dos de las preguntas que para mi a día de hoy son claves:
¿Cuánto necesitas ganar?
En este oficio como en muchos otros, todavía estamos anclados en el primero trabaja y demuestra y luego hablaremos del dinero o si ya estas pensando en el dinero es que no tienes muchas ganas de trabajar.
Seguimos siendo bastante arcaicos en este asunto y esto es parte importante del problema de la rotación de las plantillas.
Si la persona que contratamos necesita ganar 1.500€ para cubrir sus gastos y nosotros le ofrecemos 1.400€ ocurrirán dos cosas.
1º/ Todos los meses le faltaran 100€ para poder llegar a fin de mes, esto hará que con el paso de los meses pierda el interés por el trabajo y no se sienta a gusto en nuestro restaurante.
2º/ Como necesita ganar más dinero una de las posibilidades es que empiece a querer destacar y con ello a hacer mas cosas de las que se le piden. Con esta actitud comenzará a generar un problema de crispación y falta de compañerismo que deteriorará el buen funcionamiento de la cocina. Esto suele suceder y todos los que estáis a cargo de cocinas lo habéis vivido.
Ese empleado que empieza como un tiro y a los tres meses es un lastre para el funcionamiento de la cocina.
Desde aquí os invito a que rompamos tabúes y comencemos a hablar de dinero y de necesidades, tanto del empresario como del trabajador, con ello nos ahorraremos muchísimos problemas de rotación, falta de motivación y compromiso (que es la mejor arma para que todo funcione como un reloj)
Nuestros parámetros a la hora de ofrecer un sueldo siempre deben de estar alineados con el tipo de empleados que pueden vivir con esos ingresos.
Como siempre os digo, esta es una reflexión personal y esta abierta a la critica y la discusión.
La semana que viene contestaré a la segunda pregunta importante a la hora de contratar «¿qué esperas de este trabajo?».