Vivimos en una sociedad en la que todos buscamos generar admiración, queremos que se nos admire y nos gusta admirar a otros.
Lo que no termino de entender, es cómo se mide a los seres humanos para admirarlos.
¿Qué ocurre cuando la admiración está vacía de ética?
Y más importante aún, ¿se puede admirar profesionalmente a alguien que no es buena persona?
Vivimos en la sociedad de admirar a otros únicamente por los logros económicos y profesionales, sin querer mirar más allá.
Y en una sociedad donde se admira muy poco lo ético, justo y moral que es nuestro ídolo de turno.
Admiramos el éxito y por encima de todo el éxito económico, nos dejamos deslumbrar por ese brillo y dejamos que ese brillo no nos deje ver lo que hay detrás.
Que interesante sería una sociedad en la que se admirase a las personas por ser buenas personas.
Que se admirase por ser gusto y ecuánime, por ser honrado y ayudar al resto de personas, en definitiva, por hacer de nuestro entorno un lugar mejor.
Curiosa sociedad esta en la que se premia el artificio y el brillo más que el trabajo bien hecho, justo y ético. Seguiré caminando sin ídolos pero admirando a grandes personas que en la medida de sus posibilidades, hacen de nuestro entorno un lugar mejor.