La semana pasada hablábamos de lo importante que es que el sueldo que reciba un empleado, le sirva para cubrir sus necesidades, y al hilo de esta afirmación (la cual para mi tiene su lógica) he recibido algunos comentarios sobre la capacitación del personal, si sus pretensiones económicas son más elevadas que sus conocimientos etc.
Cuando hablo de sueldos estoy hablando de lo mejor para la empresa, doy por sentado que la cualificación es la adecuada para el cargo y que la persona es competente para el desempeño del mismo ya que tiene las aptitudes necesarias. El tema de la actitud ante el trabajo es lo que se resiente muchísimo cuando el salario no cubre las necesidades básicas del trabajador (a nivel empresarial siempre es mejor el personal muy formado que el poco formado).
Después de esta pequeña aclaración entremos en la segunda pregunta básica para poder contratar a alguien con las mínimas garantías de que no generara conflictos (en la medida de lo que esta en nuestras manos).
La segunda pregunta importante a la hora de contratar es: “¿qué esperas de este trabajo?”.
Os pondré un ejemplo para ilustrar el argumento;
Si tenemos un salón de banquetes con la propuesta muy estructurada o un restaurante de cocina muy personal o tradicional, y contratamos a un cocinero que esta deseando desarrollar su propio estilo de cocina o que quiere generar nuevos conceptos y experimentar nuevos caminos, lo más probable es que tengamos a medio plazo problemas.
En un principio este cocinero intentará en la medida de lo posible ir dado su toque personal a la carta, en caso de que no sea posible, comenzara con la desgana y la falta de ilusión y estas actitudes irán mermado el ánimo del equipo de cocina apareciendo los conflictos.
En definitiva, es mejor no tener personal, que tener un personal con aspiraciones diferentes a las marcadas desde la dirección de la empresa.
Si por algún motivo el empresario cede y cubre las necesidades del empleado en cuanto a satisfacción profesional abandonado la linea de trabajo, esta nueva linea de trabajo dejará de ser propiedad del empresario, para pasar a ser propiedad del trabajador (que es una opción respetable pero económicamente y empresarialmente muy poco inteligente ya que pierdes el control de tu negocio).
Dicho todo esto espero que en las próximas selecciones de personal os plateéis por lo menos el intentar realizar estas dos sencillas y simples preguntas aunque no fáciles.