Esta es la visión de la realidad en la que se desenvuelve Freeland Cook a la hora de desarrollar proyectos gastronómicos, y de generar identidades únicas y diferenciadas para cada empresario y proyecto. Como siempre es una opinión basada en vivencias y siempre debe de ser cuestionada por la experiencia personal de cada uno.
El panorama idílico.
En este mundo cada empresario tiene clarísimo que para poder tener un negocio viable debe de desarrollar una identidad única y personal, dentro de esta identidad, la puesta en valor del trabajo artesano debe de tener su espacio y a la vez dotar de singularidad al propio negocio, esto unido a una propuesta basada en el entorno y en ser consciente de la realidad que nos rodea, sentará las bases de un proyecto con futuro.
El panorama real.
Es muy complicado que un empresario apueste por la puesta en valor a la hora de desarrollar un proyecto, ya que considera que no es valor tangible y mensurable a corto plazo, y la realidad es que la mayoría de los proyectos tienen una visión a corto plazo del retorno de la inversión realizada. Pero no es imposible, sólo necesita de más trabajo y esfuerzo por parte del empresario conseguir que se unan la puesta en valor, el trabajo artesano y una propuesta diferenciadora con la rentabilidad y el retorno de la inversión, dicho esto lo cierto es que los empresarios que apuestan por este camino son capaces de desarrollar propuestas mucho más sólidas que los que no. Tras varios proyectos y relacionarme con diferentes empresarios la situación actual se podría resumir en dos tipos de empresarios.
Los que “creen y tienen fe en el proyecto” y los que no.
Dentro de esta clasificación entran muchísimas variables, pero después de unos años sí que percibo que los proyectos que salen adelante siempre tienen un denominador común.
La fe de sus empresarios en hacer algo único, diferente y con una identidad propia.
Está fe es la que hace que en los momentos de duda y en los momentos difíciles de los inicios, sean soportables las primeras críticas, y no lleven a replantearse un proyecto a las pocas semanas de abrirse.
También entiendo que si un proyecto no es rentable no tiene futuro, pero esa rentabilidad, no puede ser el único parámetro en el que nos centremos a la hora de desarrollar nuestro proyecto, si queremos que tenga una identidad propia (para eso ya están las franquicias, modelo muy interesante de negocio para quien busca rentabilidad y tiene los medios económicos suficientes para poder ponerlo en marcha). La rentabilidad siempre debe estar unida a la identidad, la puesta en valor y la diferenciación, o por lo menos, esto es lo que pienso y es en lo que trabajo desde Freeland Cook.
Nadie dijo que el camino sería fácil, pero lo que sí puedo afirmar es que con cada paso que des, se va forjando ese camino, la decisión es tuya, tú decides que camino quieres seguir y hacia dónde quieres dirigirte.