Foto de Vicente Corona

Lo primero que quiero es deciros que esta es una visión personal sobre mí vida profesional y la evolución que ha ido sufriendo con el paso de los años, no es la única y creo que cada uno, tendrá su visión de lo que es Freeland Cook y de lo que es David Ariza Abad, esta simplemente es la forma como  siento esta evolución desde dentro.

El comienzo.

Lo cierto, es que como todo en mí vida, mis inicios en la cocina tienen más que ver con mi desinterés total por los estudios, los cuales me aburrían en exceso que por un amor o pasión por el oficio.

También se unió la innata facilidad que resulté tener para desempeñar las funciones que me asignaban dentro de la cocina y una considerable tolerancia a las duras condiciones laborales de aquellos años, todo esto dio como resultado que me sintiese cómodo dentro de una cocina.

Fueron pasando los años entre las largas noches y los cortos días en los cuales transcurría mi vida, y lo cierto es que me alegra haber pasado ese tiempo en el cuál lo más importante, era pasar los días, esperando que algo pasase, sin detenerme mucho ni a pensar ni a analizar nada de cocina (no me interesaba demasiado) llegamos a los treinta años y a la montaña, he de decir que este fue el punto de inflexión en mi vida, acababa de perderlo todo tras una experiencia empresarial ruinosa y se puede decir que esto despertó mis inquietudes profesionales, empecé a leer  y  a cuestionarme todo lo que pensaba que había aprendido durante los anteriores 13 años.

Esto, unido al comienzo de una intensa relación con el entorno que me rodeaba en la montaña, fue forjando un cambio interior.

Aunque para ser sincero todavía tendría que volver a perderlo todo, para comprender lo poco que se y lo mucho que me queda por aprender.

Tras mi segunda apuesta empresarial fallida, entendí que no hay nada como una cura de humildad, para entender que no tienes que demostrar nada al mundo, que no tienes que demostrarte nada a ti mismo y que no hay nada que demostrar, simplemente hay que hacer el mejor trabajo posible cada día.

 “ESTA HA SIDO LA LECCIÓN MÁS VALIOSA QUE ME HA DADO LA VIDA” esta es la realidad y como la entiendo a día de hoy.

Tras pasar tres interesantes años más en la montaña adquiriendo conocimientos tanto profesionales como personales, llega el momento en el que de nuevo me vuelvo a replantear mi vida.

¿Realmente estoy haciendo desde mi trabajo, el trabajo que es para mí importante? y de nuevo la respuesta fue un torbellino de dudas y nuevas preguntas, esto me llevó a tomar la decisión de dejar de cocinar comercialmente y emprender mi tercera aventura empresarial,  esta vez centrada en compartir la puesta en valor de nuestro entorno basada en la experiencia adquirida tras 22 años de carrera profesional y un gran número de errores.

Esta decisión se sustentó en una premisa básica.

Jamás podría poner en valor realmente mi entorno desde una cocina, esta es una opinión personal y discutible como cualquier otra pero para mí es real.

Teniendo en cuenta esto nace Freeland Cook, donde la puesta en valor del entorno es la consecuencia lógica del trabajo bien hecho, unos dirán que no y otros que sí, yo suelo decir que “ESTOY A FAVOR HASTA DE ESTAR EN CONTRA” cada día tengo más dudas y menos certezas y esto es lo que me hace sentirme vivo.

Nadie dijo que el camino sería fácil, pero lo que sí puedo afirmar es que con cada paso se va forjando ese camino y es algo maravilloso poder disfrutar de estos pequeños pasos que hacen que nuestro entorno cada día sea un lugar mejor.

Si queréis saber más sobre mi forma de entender nuestro entorno.

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