Ante todo deciros que esta es una visión personal sobre mi vida y la evolución que he ido sufriendo tanto personal como profesionalmente con el paso de los años, no es la única y creo que cada uno, tendrá su visión de lo que es Freeland Cook y de lo que es David Ariza Abad, ésta simplemente es la forma cómo  siento esta evolución desde dentro.

¿Qué es y cómo nace Freeland Cook?

La historia comienza a finales de los años ochenta, en esos momentos ya me interesaba la cocina, pero no era capaz de imaginar cómo cambiaría mi forma de entender el mundo y mi entorno.

Pasaron los años y de afición pasó a oficio, como todos los oficios con sus ventajas y sus inconvenientes.

Tras quince años y por circunstancias que escapan a la lógica, acabo trabajando en la montaña de Alicante, es aquí donde realmente empieza la historia de Freeland Cook.

Con la posibilidad de disfrutar de la magia de un entorno privilegiado, este cada vez con más fuerza va calando en mi interior, los años pasan y mi relación con lo que me rodea se hace cada vez más intensa.

Tras unos intensos años en la montaña siento que tengo que dar un giro a mi vida, es en ese momento cuando siento la necesidad de devolver a este maravilloso entorno todo lo que me ha dado y que mejor manera que ponerlo en valor.

Así nace Freeland Cook que más que una empresa es una forma de entender la relación con nuestro entorno y todo lo que nos brinda, es mi manera de intentar devolver de manera real y con resultados cuantificables todo lo que me ha dado.

Y os preguntareis cómo devolver todo lo que me ha enseñado, fácil compartiendo todo lo que he aprendido de él.

Esto lo hago de diferentes formas, la primera, a través tanto de los cursos que imparto en la Red CdT, como en los talleres en los que participo en las diferentes lonjas de Alicante y también con las clases que doy en el mercado central de Alicante, siempre teniendo como eje central los pescados de descarte y las plantas silvestres comestibles de la provincia de Alicante.

Todo esto no tendría sentido, si aparte de en la formación, no aportase este valor en los proyectos gastronómicos en los que colaboro. En ocasiones es complicado convencer a los empresarios que el camino de la puesta en valor también es compatible con los márgenes comerciales y la rentabilidad, pero esta es otra lucha de la que hablaremos más adelante.

Como todo proyecto vital es algo que haré durante el resto de mi vida. Siempre digo que si antes gastaba unos cuantos kilos de pescado de descarte en el restaurante donde trabajaba, ahora tengo la maravillosa oportunidad y la inmensa  suerte de enseñar a diferentes personas como usarlos, y que seamos cada vez más los que somos capaces de disfrutar de estos peces y hacer disfrutar a más gente con ellos, con ello conseguimos entre todos poder poner en valor nuestro entorno.

Si esto lo aplicamos también a las plantas silvestres, conseguiremos en un tiempo razonable que nuestra sociedad mire con otros ojos las maravillas que nos rodean.

Nadie dijo que el camino sería fácil, pero lo que sí puedo afirmar es que con cada paso se va forjando ese camino y es algo maravilloso poder disfrutar de estos pequeños pasos que hacen que nuestro entorno cada día sea un lugar mejor.

Share This