Hoy quiero compartir un sentimiento que ha ido creciendo en mí en los últimos años y que hace relativamente poco tiempo entendí.
Con el transcurrir del tiempo vamos siendo conscientes de diferentes cosas y mirando de forma diferente nuestro entorno.
Es algo lógico y normal ir prestando atención a lo que nos rodea y con ello adquirir una visión más completa de nuestro entorno y nuestra realidad.
En estos últimos años he sufrido una interesante transformación interior y he sido consciente de una realidad con la que cada día me siento más a gusto.
Como dice el título de este post, a día de hoy no me siento chef o cocinero, es algo que he entendido en este último año y sobretodo es algo que me hace sentirme muy bien.
En esta vida es importante que tus aptitudes profesionales y tus gustos vayan unidos de la mano (no es imprescindible pero hace del trabajo algo más llevadero) y tengo que reconocer que durante más de 20 años estaba convencido de que lo que me gustaba era cocinar, sentir la adrenalina del servicio, la presión de que todo salga bien.
Pero a día de hoy, he llegado a la conclusión de que lo que me gusta de verdad es la formación. Compartir lo que he Ido aprendiendo, conociendo, experimentando y compartirlo desde el corazón, y como siempre digo en clase, con la demostración práctica y científica si es posible. En mi caso es un camino un poco más complicado, ya que nunca estudié cocina. Esto hace que siempre tenga presente algo que me hace ver con mucho respeto la formación.

Para poder ser formador gastronómico hacen falta dos cosas:

Primera, saber cocinar (que para lo único que te cualifica es para ser cocinero)

Segunda y mucho más importante, ser capaz de transmitir esos conocimientos a los alumnos de manera que sean capaces de ponerlos en práctica (recordemos que el nivel de un formador lo marcará siempre el nivel de sus alumnos) y esta segunda parte es la que se echa muchísimo en falta hoy en día en la formación gastronómica (y en muchas otras).

Para mí ha sido un verdadero descubrimiento que durante los últimos 5 años me ha ido conquistando.
A día de hoy tengo que reconocer que me siento más formador que cocinero y me siento muy a gusto en esta nueva faceta.
Somos cambio, somos evolución y cada día creo que es más importante el poder tener la posibilidad de disfrutar de esa evolución.
Share This